Y así también era el nombre de una obra que me fue dedicada por un compositor cordobés con quien recorrí un exquisito trayecto de juventud y de quien pude aprender y nutrirme de acordes y belleza artística de conceptos profundos de zen haikus, con quien viajé a Europa por primera vez para volver maravillada y sostener el sueño hasta hoy de seguir volviendo siempre al Viejo Continente a la Ciudad Luz...apenas lo conocí me entregó su tarjeta y me escribió esta frase:
"Cada tanto aparecen y desaparecen
las Guardianas del Templo de Isis"
..fue un 17 de agosto, creo, de 1991.
